EBRIO DE LUNA
Ebrio de luna y con la noche en calma
pensé serenamente en lo profundo,
y fue mi pensamiento tan fecundo
que me condujo a tu sagrada alma.
Llegando a ella como al agua mansa
descansó mi pesar en el camino,
fue tu alma la fuente en mi destino
donde sacié la sed que tanto cansa.
Movido por la sed, ebrio de luna,
en ella bebo, cuando a tu alma miro,
como la madre que a su niño acuna.
Gema ardiente que busco sin descanso
a sol y a sombra, casi sin respiro,
en agua turbia o en arroyo manso.
Marcelo Pablo Rinaldi
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