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ESPEJOS

Un escritor comentaba en un anónimo cuento acerca de un escritor que escribía sobre un cuento. Y éste segundo escritor, a su vez, citó a un tercero, el cual estaba, a su vez, otro relato escribiendo. Y así infinita cadena formaban todos, y un hecho manteníalos unidos, y era el de escribir un cuento, y ése cuento consistía en que un escritor modesto escribía que otro tipo, un cuento estaba escribiendo, y éste a su vez escribía otro mismísimo cuento que versaba sobre un hombre que estaba escribiendo un cuento. No sé si usted imagina lo simple y breve del cuento y a la vez lo muy profundo que se volvía todo ésto, ¿serían todos iguales, o diferentes?, lo cierto es que fueran o no fueran iguales tratan del hecho que un escritor escribía en un infinito cuento que un escritor escribía que estaba escribiendo un cuento. Como el reflejo del agua que nos devuelve el espejo creyendo que somos otro, así es el trabajo nuestro, nos sumergimos en hojas para bucear en un juego hurgan

EL ARBOL DE LOS CUENTOS

Crecía firmemente desde hace milenios, era anterior a nada, el árbol de los cuentos, con la palabra viva, como semilla en tierra regó una noche, el agua, su alianza con las eras. Creció primero un tallo, oraciones superfluas, después una doctrina, que perduró por épocas, y el tiempo, al verlo bello, crecer y despuntar, le envió unos picaflores que él aprendió a amar. Al paso de los siglos, otras ramas crecieron, algunos agoreros tramaron por su mal, pero el árbol crecía con ello o sin ellos, y entre historias y sueños crecía más y más. Una rama se hizo poesía y silencio, otra cuento profano, otra vuelo torcaz, y entre besos de novios y abrazos embobados, una tarde de mayo creció una idea más. Las raíces huyeron hacia tierras profundas, errantes y difusas  trataron de encontrar... la tierra de los sueños y el país de las dudas, aún ellas los buscan y no van a cesar. Entretanto la historia fue creciendo con él, y el árbol de los cuentos  fue pod

QUE LA FELICIDAD SEA REALIZADA

Hubo un buen día, hace ya algunos años, un hombre libre, y una gran cruzada, planteóse un día, la hazaña, el imposible, que la felicidad sea realizada. Logró alcanzar éste hecho ingobernable de ser feliz, un día y de repente, quizás por gracia o capricho de los dioses y al él lograrlo, la dicha fue evidente. Luego de ésto, pasados unos días, notó que su felicidad amada podía desplazarse dulcemente y andaba por el mundo como nada. Y poco a poco, aquellos que lo aman, aquellos que lo tocan o conversan y aquellos  que lo oyen o que saben de aquellos que lo vieron "se enfelezan" Se hubo formado, un grupo de felices, corrió la voz y alguno tuvo miedo, y así llegó, la autoridad de el caso, a pensar si ser feliz es sólo un juego. Pronto las masas también fueron felices, la primavera corría por la Tierra, como si un día que espera hace milenios volviera el mismo Cristo a nuestra Tierra. Los delirantes, los locos, los amados, y los amantes, y los infelices, l

EL LIMONERO

A Mati, sobrino, ternura de los días de su abuela. Llegó una tibia tarde, dentro de una semilla, lo acarició la lluvia y despertó a la vida, despuntó entre lo verde como un vocecita que en sus primeras sílabas no sabe aún de rimas. Se prendió del sarmiento buscando en las alturas "el viento, el sol, y el agua, como una planta adulta, y una noche de un día, en su hora madura dió su fruto amarillo, perfumado de luna. Lo conozco de años, desde que fue semilla, los pájaros y flores lo llenaron de vida, me regala una sombra tan fresca y tan benigna que disfruto a mis anchas ante su compañia. Su corazón de planta subyuga mis raíces, su alma limonera disfruta, es como un pibe, los sueños y virtudes de mi terruño triste que riego cada tanto esperando germinen. Llegará a árbol frondoso, y yo a viejo sereno que sentado a su sombra en los días de enero meditaré mis actos como un filibustero que sueña con el mar junto a un antiguo puerto. Tomare de

PARA CREAR IDEAS...

Para crear ideas que abran caminos rectos adopte la postura de meditar los hechos, beba dos cucharadas de algún amor sincero y en paz y dulcemente observe los efectos. Conozca los motivos que lo impulsan a hacerlo, (lo de crear es arte, yo cuando amo no bebo), y por seguir buscando el ansiado momento imagine una calle y un hermoso sendero. Deberá usted negarse a ejercer lo incorrecto o, tal vez, por razones que escapan al momento delicado y amado en que escribo éstos versos, para crear ideas que abran caminos rectos, deba ser ordenado, sincero, y compañero. No dude ni un segundo en ejercer lo bueno, y abrir el corazón en prosa como en verso, esperarla cual sabio que crea con el tiempo un ritual milenario de alegría y contento y así amar a su idea esperando el consejo experto, necesario, cariñoso y sereno. Otro arte sagrado en lo que hace a todo ésto consiste en detenerse y reflexionar a tiempo, para éso me ayudan los dos gatos y un perro y así entro en razones, su

ANTE SU RODETE NEGRO...

Era un día como tantos, la tarde húmeda y fría, yo pensando en la muchacha motivo de mi alegría. Mi corazón es el nido donde ni lenta ni fría a menudo ella acurruca su cabellera prolija. Al sentir sobre mi pecho su reclinar de osadías ella oía mi latir, y era de ella lo que oía. La mañana olía a besos, unos besos y caricias, que esparcían por la casa corazones, y sonrisas, y conejos a montones, chocolates, y osadías, tibios pompones de lana que en las nubes me tenían. Su corazón es un templo donde no tienen cabida ni el orgullo, ni el pecado para su gracia y mi dicha y así al mirar tras sus ojos, y ver lo inmensa y bonita que es ella por adentro supe que sería mía, para que, en tanto ella quiera, y Dios así lo decida reine la paz en su alma y sus días huelan a vida. Es que aunque siendo pequeño mi corazón resucita al ver sus ojos morenos tirar mis estanterías. Porque aunque inmenso por dentro mi grandeza se arrodilla ante su rodete negro y el filo

BUSQUE LA PAZ...

Seguir pensando en ésta vida es clave, hallando a las cosas solución, salida al laberinto que éste mundo propone con su juego a la razón, por éso en ésta hoja mi poema al compás del sentir del corazón, mansamente te cuenta de mis cosas para decirte que encontré el amor. Es a la vez frágil y simple, es ave, siento su paz como un hermoso don, busco sus besos, sus caricias tiernas y la belleza y armonía al son... de una música vital que sus estrofas me susurra al oído y con su voz diciéndole a los mares y a los vientos y a quien quiera escucharla, su canción: La hora en que las almas enlazamos eterna sea, como nuestro amor, ésa canción amada que es su alma, ése templo que es su cuerpo y su interior, ése nido cariñoso que es su casa, mi armonía, mi paz, y mi ilusión, benditos sean por amor a ella, benditos sean por amor a Dios. Enamorado de su cielo de ave busco encontrarla donde quiera voy, quiero vivir la vida junto a ella, joya vital que transformó mi amor. Siento en su beso a una palom

MUZZA

De humeante muzzarella y harina cuatro ceros, la conocí una tarde en un bar de Boedo, y desde entonces sigo su olor por las esquinas de Buenos Aires, ando tras su alma de harina. Acepté sus variantes de tomate y cebolla, de ananá y de palmitos mas prefiero una Diosa llamada muzzarella que recubre su cuerpo de levadura virgen y harina cuatro ceros. Marcelo Rinaldi

EL PEZ

Crear en éste lago de emociones y como un pez que sigue las corrientes entre la orilla y las profundidades buscando lotos náyades y fuentes buceo oyendo músicas y rimas sintiendo algo que la mar devuelve, eco marino de pasados tiempos cuyas estrofas casi nunca quieren que el corazón de pez siga los rumbos que a flor de loto o a preciada fuente conduce sólo al que buscarla sabe (crear es arte de contados peces). Vivir nadando como surca el ave el firmamento desde donde llueve el agua suave que el arroyo manso en éste lago lentamente vierte y al decantar la piedra y la arenisca (lento reloj de arena de los peces) saber que el tiempo es algo en ésta vida muy parecido al río y su corriente. Como se ama a lo vivo, lo creado, al Cisne que Darío tanto quiere, así se siente el corazón amado sentir latir bajo las aguas, leve. Aún filosofo entre corrientes calmas, arte quimérico que adopta el pez, regando pensamientos en las olas o algún tesoro íntimo en la red como un marino que al mirar el lag

AYER SE FUE LA TARDE

  LA TARDE Huyeron ya la tarde y sus matices, la que vale a mis ojos, la que amo. Ayer se fue la tarde, la que quiero, y contemplo entre azules y entre ocasos como a un tórrido amor que me subyuga seduciendo defensas, vulnerando, como hacen las aguas, sabiamente, bello, lento, táctico y sagrado. Huyeron ya la tarde y sus trasluces ayer se fue la tarde y ya la extraño, cobijo de horizontes y de ensueños, ayer se fue la tarde, y yo esperando... Marcelo Rinaldi

TRAS ESA PUERTA...

Tras ésa puerta entreabierta camino de los recuerdos, abierta a las soledades y cerrada a los silencios, llamándome en los veranos, o acurrucadas de invierno persisten las tres verdades que con mi boca te niego. Jamás te dije: "te amo", o no lo recuerdo al menos, y no es porque no lo sienta sino porque hablo con hechos. Mi lenguaje de palabras llena papel en silencio y en el mar o en la montaña semillas es lo que siembro. Que en las montañas rebroten árboles, frutos y leños, o se las lleve la mar hacia unas islas de ensueño. Son dos caminos que enlazan mis palabras con los hechos aunque mi boca te niegue la verdad con mi silencio. Tras ésa puerta entreabierta los dos caminos que tengo uno lleva hacia la mar, el otro al monte, y queriendo tomar por los dos caminos debo ser sabio eligiendo para llevar las verdades que con mi boca te niego. Y así sembrarlas al monte, o por mar camino abriendo según quieran las escuchen antiguas rocas y leños o sirenas y tritones de los mares hec

PUES TIENE CAPRICHO (EL BURRO)

Burro de obediencias, borrico de cuentos, que con su jinete camina el sendero, llevando entre selvas, montes y repliegos, verdes alamedas y ríos revueltos, el fardo pesado hacia el campamento buscando descanso plácido y sereno para aquellos músculos, rabo patas, huesos, cuya resistencia pone a prueba el cielo. Si sus ojos pardos pudieran hacerlo dirían en tono cansado y severo: no quiero la selva, yo tan solo quiero vivir en la vieja pampa de mis sueños, masticar la hoja que elijo o desecho, no cardos ni hortigas de entre los senderos. Elegir el día de irme a mi tiempo no ser presa fácil de garras que temo. Pastar a mis anchas que aunque soy jumento tengo mis caprichos, ser libre yo quiero. Porque aunque insolente parezca, pretendo, ser un ave en tierra, no bestia que el cielo elije para algo que llaman ejemplo de tanto inactivo que no quiere verlo. Y así anda por lomas detrás de los cerros moviendo su rabo que espanta al insecto por su
y me quedé colgao en las alturas... J. M. Serrat REDONDILLA Fue creado este poema un poco simple y esquivo igual que crece el olivo bajo el sol que dora o quema. Con el alma saboreas sus estrofas de corrido pues maduró en el olvido esperando que lo leas. Como lluvia en primavera que da vida al sembradío o como el agua del río llega a tu boca sincera, así van risas y penas a la grupa de éstos versos desde éstos trazos adversos a tu mirada serena. Qué valor tienen aquellas, ambas tan buena semilla entre la tierna gramilla de las ideas más be llas, Sembradas en tu camino... ¿abrirán la nueva huella?, ¿volverán tu vida bella?... ¿o suave el yugo en tu sino?. De mano en mano pasea, o vía mail, carta, aprisa, o lenta como una brisa hasta el sitio en que la lea tu vista de centinela y, ritual de antigua misa a tu mirada precisa, alcanzará aunque le duela. Donde te encuentres irá, mi añorada poesía, sin ser carta ni elegía, redondilla, que más dá. Marcelo R

REDENTOR

En la tarea abnegada de guiar por buena senda, de andar regando los campos con agua de vida eterna, sé de un eterno Pastor de mil rebaños y ovejas que, aunque sabio Redentor es uno más entre ellas. Lo llamo yo Buen Pastor no por la lana que tenga sino porque hasta la vida da por cualquiera de ellas. Lo he visto erigir ciudades aunque constructor no sea, hacer y andar los caminos que a Emaús me recuerdan, lavar pies de sus descalzos discípulos que en su lengua le oían decir: servir, no ser servido es mi ciencia. Contemplé tantos milagros que ya he perdido la cuenta, yo ví andar al paralítico y al ciego mirar de vuelta, y el sermón de la montaña que despertó mi conciencia y abrió las puertas de mi alma, mi memoria aún conserva. No es un Dios más de los hombres de aquellos que el barro crea, no vino a vivir del lujo, ni a presumir de tarea. Es un sabio Redentor que a su rebaño apacienta, Hijo de enviado de un Dios de tan elevada esencia capaz de entregar la vida por una oveja cualquiera.

VAYA YUNTA

Uno caballo brioso, otro caballo cansino. Sueltos o atados al coche, vaya yunta me he elegido. Uno potro pura sangre, el otro puro fastidio, cabalga al galope uno, camina el otro su sino. Van por sendas separadas al filo del precipicio uno, y el otro buscando en el prado su camino. Que curioso que es mirarlos tan juntos y tan distintos, manso uno, el otro bravo, uno bayo, otro tordillo. Que raro es querer sacarlos a paseo los domingos, tira uno hacia la plaza, y el otro a beber al río. Cargan sobre sus espaldas, (o sus lomos mejor dicho), los dos en alforjas llenas uno pasión otro olvido. No usa ninguno anteojeras, uno contempla el camino, y va oteando el otro el monte vuelto hacia arriba el hocico. Que gusto me da mirarlos, tan parejos, tan distintos, tan juntos y separados, uno viejo, otro potrillo. Los veo y los reconozco a lo lejos, por distintos, no he sido nunca baqueano y ellos nunca parecidos. Uno egoísmo, otro amor, son sus nombres de potrillos, una yunta despareja que conozco
BUS QUEDA En todo lo creado hay un secreto que al que lo observa abarca y compromete también el arte de tejer los versos busca ese no sé qué, que lo entretiene. ¿Será acaso una forma de alimento?, ¿Un modo de inspirarme que, inasible, buscando lo sutil en las alturas hace fácil y simple lo difícil?. ¿Está en el alba, acaso en el poniente?. ¿En diáfanas y míticas ciudades?, es la puerta cerrada inútilmente y es a la vez la llave que la abre. Amó la humanidad este misterio: si es ficticio o real, nadie, lo sabe, lo han perseguido errantes,-es muy cierto-, a través de los tiempos por las calles. Le han dado muchos nombres: el dinero, la verdad, la belleza, o el amor, esto que aquí yo nombro los conduce por distintos caminos como un Dios. Tras la cruel zanahoria como burros, como Icaro o Dédalo tras Febo, siendo tiranos, víctimas o héroes andamos en su busca, sin saberl